martes, 2 de octubre de 2007

SAUM (Ayuno)

Salam alaicom wa rahmatu ALLAH wa barakatuh

Nos complace abrir nuestro blog en el mes de Ramadan, un mes lleno de Mesiricordia y devocion a ALLAH subhanahu wa taala. Por ello los primeros articulos incha ALLAH tendra como tema este mes, ¿que representa el ayuno en el Islam? ¿que valor tiene el mes de Ramadan en la religion musulmana? etc , esperamos que sean articulos provechosos incha ALLAH.

Fi hifdi LAH

Grupo Luz del Islam

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SAUM (Ayuno)

Una de las características moral y espiritual, única en el Islam es la institución del SAUM (Ayuno). Definida literalmente, ayunar significa abstenerse “completamente” de alimentos, bebidas, relaciones sexuales intimas y tabaco, desde antes del amanecer hasta el anochecer, durante todo el mes de Ramadan, el noveno mes del año islámico. Pero si limitamos el significado del Ayuno islámico a este sentido literal, cometeríamos un error.

Cuando el Islam introdujo este precepto, sin par, planto un árbol continuamente creciente, de infinita virtud e invalorables frutos. He aquí unas explicaciones del significado espiritual del ayuno islámico:

1- Enseña al hombre el principio del amor sincero, porque cuando observa el ayuno lo hace imbuido por profundo amor a Dios. Y el hombre que ama a Dios, de verdad, es un hombre que sabe realmente lo que el amor representa.

2- Proporciona al hombre un sentido creador de esperanza y una visión optimista de la vida, porque cuando ayuna confía en agradar a Dios y busca Su gracia.

3- Infunde en el hombre una virtud genuina de devoción eficaz, dedicación honrada y proximidad a Dios, porque cuando ayuna lo hace por Dios y solo por Su amor.

4- Cultiva en el hombre una conciencia vigilante y profunda, porque la persona que ayuna mantiene su ayuno, tanto en privado como en público. Especialmente en el ayuno, no existe autoridad mundana que verifique el comportamiento del hombre ni le obligue a observar la abstinencia. Lo guarda por agradar a Dios y satisfacer su propia conciencia, siendo fiel en público y en privado. No hay mejor manera de cultivar en el hombre una firma conciencia.

5- Inculca al hombre la paciencia y el altruismo, porque cuando ayuna siente el dolor de la privación, que sobrelleva pacientemente. Es cierto que esta privación puede ser temporal, mas no cabe duda de la experiencia le hace darse cuenta de los severos efectos de este dolor en otros, que pueden verse carentes de medios esenciales durante días, o semanas, o, quizá meses seguidos. La significación de esta experiencia en un sentido social y humanitario radica en que la persona se conduele con su prójimo y responde a sus necesidades, mucho mas rápidamente que cualquier otra. Y eso constituye experiencia elocuente de altruismo y verdadera condolencia.

6- Da una lección real de moderación y fuerza de voluntad. La persona que observa correctamente el ayuno es, desde luego, un hombre que puede disciplinar sus deseos apasionados y colocarse por encima de las tentaciones físicas. Es el hombre de personalidad y carácter, el hombre de fuerza de voluntad y determinación.

7- Proporciona al hombre un alma transparente y trascendente, una mente clara para pensar y un cuerpo ligero para moverse y actuar. Todo ello es el resultado infalible de llevar ligero el estomago. Testimonian de este echo las instituciones medicas, las reglas biológicas y la experiencia intelectual.

8- Muestra al hombre una nueva forma de ahorrar inteligentemente y gastar con acierto, porque el comer menores cantidades, o menos comidas, gasta normalmente menos dinero y esfuerzo. Y esto es un beneficio espiritual basado en la economía y en los presupuestos domésticos.

9- Permite al hombre elaborar una madura capacidad de adaptación. podemos entender fácilmente la cuestión una vez nos demos cuenta de que el ayuno hace al hombre cambiar todo el curso de su vida diaria. Cuando hace el cambio se adapta, de modo natural, a un nuevo sistema, y se dispone a satisfacer las nuevas reglas. Le permite desarrollar a lo largo plazo, un inteligente sentido de adaptabilidad y una energía propia, ara vencer los impredecibles avatares de la existencia. Un hombre que estima el valor y la adaptabilidad constructiva apreciara, fácilmente, los efectos del ayuno a este respecto.

10- Afirma al hombre la disciplina y la supervivencia saludable. Cuando una persona observa regularmente el ayuno, en días consecutivos del Mes Sagrado (Ramadán) y en los meses sagrados de los años sucesivos, esta aplicándose ciertamente una elevada forma de disciplina y un excelente sentido del orden. De modo similar, cuando aligera su estoma y descansa su sistema digestivo esta asegurando desde luego el cuerpo, y no digamos el alma, contra todos los perjuicios resultantes de los excesos estomacales. Puede estar seguro de que esta forma de descanso mantendrá su cuerpo libre de desordenes y trastornos habituales, y su alma continuara resplandeciente de pureza y paz.

11- Crea en el hombre al autentico espíritu de pertenencia social, de unidad y fraternidad, de igualdad antes Dios y ante la ley. Este espíritu es la consecuencia natural del hecho de que cuando el hombre ayuna siente que se esta uniendo a toda la sociedad musulmana, al observar el mismo deber, en igual manera, en idéntico momento, por los mismos motivos y para el mismo fin. Ningún sociólogo puede decir que haya habido un periodo alguno de la historia algo comparable a esta hermosa institución del Islam. Los pueblos han aclamado a través de los tiempos destacados valores, unidad, hermandad igualdad, pero ¡Qué poco eco ha recibido su voz, y qué escaso éxito han obtenido! ¿Dónde pueden encontrar sus metas, sin la luz guiadora del Islam?

12- Es un mandato divino de autocontrol y seguridad en uno mismo para mantener la dignidad y la libertad humana, para alcanzar la victoria y la paz. Esos resultados nunca dejan de manifestarse como realidad viva, en el corazón de la persona que sabe mantener el ayuno. Cuando correctamente ejerce el control de si, domina sus pasiones, disciplina sus deseos y resiste todas las tentaciones del mal. Ello le pone en situación de tranquilizarse, de restaurar su dignidad e integridad y conseguir la libertad frente a la esclavitud del pecado. De esta manera, consigue la paz interior, que es la fuente de la paz permanente con Dios y consecuentemente, la paz con el universo entero.

Al llegar a este punto alguien puede sentir la tentación de formular una objeción: si sucede todo esto con el ayuno islámico y su este es el panorama que presenta el Islam ¿Por qué no viven los musulmanes en una situación utópica? Solo podemos contestar a esta objeción diciendo que los musulmanes han vivido y han gozado de la utopía en una determinada época de su historia. La realización de esa utopía fue un fenómeno de triunfo único en la historia de la humanidad. Decimos único porque ninguna religión o sistema social, distinto al Islam, ha podido nunca dar cumplimiento a sus ideales en realidad. La utopía de otras religiones y sistemas sociales ha quedado siempre confinada a la categoría de teorías o de sueños, y pensamientos anhelantes – a veces definidos, a veces vagos, a veces próximos, lejanos la mayoría del tiempo –. Pero la utopía del Islam se materializo, se puso en practica, y se consiguió el éxito en plena capacidad. En un sentido humano y practico, ello significa que la utopía del Islam puede establecerse de nuevo aquí mismo, en esta tierra, y que se fundamente en cimientos sólidos y principios viables.

Las razones por las que no se realiza actualmente la utopía islámica son muchas fácilmente explicables. Más para centrar nuestra discusión a la institución del ayuno podemos decir que muchos musulmanes, por desgracia para ellos, no observan el ayuno o, en el mejor de los casos, adoptan la actitud de la indiferencia. Por otra parte, la mayoría de quienes lo siguen no se dan cuenta de su autentico significado y, por consiguiente, obtienen muy poco beneficio de el o de hecho ningún beneficio en absoluto. Es por eso por lo que los musulmanes de hoy, en conjunto, no disfrutan los privilegios reales del ayuno.

El ayuno del Ramadán

Se ha dicho ya que el periodo de ayuno obligatorio es en el mes de Ramadán. El periodo diario de observancia comienza antes de romper el día y termina inmediatamente después de ponerse el sol. Existen normalmente calendarios precisos que dicen la hora exacta pero, a falta de esas facilidades, se debe observar las posiciones del solo y consultar el reloj, los periódicos locales, las oficinas de información atmosférica, etc.

El ayuno del Ramadán es uno de los pilares del Islam, es obligatorio para todo musulmán responsable y sano (Mukalaf). También, se recomienda firmemente en otros momentos, siguiendo las Tradiciones del Profeta Muhammad sala ALLAHo alaihi wa salam. Entre ellos están los lunes y jueves de cada semana, unos pocos días de cada mes en los dos meses que anuncian la llegada de Ramadán, es decir, Rajab y Sha’ban, y seis días después del Ramadán a continuación del Día ‘Edu – 1 – Fitr. Reconforta también ayunar cualquier día de cualquier mes del año, excepto los días I’d (las dos fiestas islámicas: el día siguiente después del mes de Ramadán que se llama ‘Edu – 1 – Fitr y el día del sacrificio del cordero en el mes de Du al hi’ja que se llama ‘Edu al Adha ) viernes, en los que no debe ayunar ningún musulmán. No obstante, podemos repetir que el único ayuno obligatorio es el del Ramadán – que puede durar 29 o 30 días, según las posiciones e la luna –.

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Fuente : texto extraido del libro "Luces sobre el Islam" de Hammudah Abdelati

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